miércoles, 10 de abril de 2013

....UNA LECCIÓN QUE NO OLVIDO

En el año 1989 siendo estudiante de la facultad de arquitectura UCSG,  un profesor me dijo que si alguna vez tomaba la mala decisión de "copiarle en su nariz...al menos debía ser astuto” para que él no se diera cuenta. Desde entonces cada vez que pasaba por una sequía creativa y mis alternativas merodeaban la mimesis o la simple copia, trataría de que el original tuviese las siguientes características:

1.- Cronológicamente atemporal o que no estuviera de moda.
2.- Nadie cercano debía conocer el modelito, y mucho menos el delito.
3.- No abusar de la similitud, no podía ser tan descarado.
4.- Nunca usarlo más de dos veces, "indio comido, indio ido".

Así pues estando en la materia Diseño Arquitectónico del 3er Semestre con el arquitecto José Guerra Urrea, a quien considero por mucho, un gran maestro, tenía que presentar un trabajo final por el cual había padecido algunas malas noches durante casi dos meses de trabajo y correcciones, hasta lograr la aprobación de la entrega.

El último día de corrección estaba prácticamente listo para presentarlo, se trataba de un conjunto de bloques multifamiliares, y en vista de eso, él me sugirió precisamente un día antes, trabajar en los remates.

Los remates son un tema que en diseño arquitectónico tiene varias tipologías como: Crestería, almenas, merlones, cimacio, acrotera, etc. El asunto era simple, intentar lo que Corbu (aquel archifamoso arquitecto del movimiento moderno), había logrado en el complejo habitacional de Marsella.

Para mi era importante tener la aprobación del Arq. Guerra, no se finalmente fue un rasgo de determinación o simple lambonería a la que le urge la aprobación de los demás. Como sea, por supuesto terminaría complicando algo tan simple.


Eran ya pasadas las 10 de la noche de aquel viernes, y para mi y mi grupo de compañeros quienes realmente puedo decir, nos gustaba mucho estos retos y la carrera en si...el concepto San Viernes, se había diluido en el tiempo. Llegué a casa agotado y con la cándida idea de que ya el proceso de diseño había terminado, (No tenía ni idea de la debacle que vendría).
Pensaba y repensaba y no se me ocurría nada "espectacular", apenas si tenía fuerzas para mantenerme despierto, por cierto, que el trabajo era a mano.

Comencé a dibujar y ese asunto de los remates me deambulaba en el "cráneo" y la verdad quería el 10, y no era de los que se contentaban con menos, me vanagloriaba de aquello ante mis compañeros y a pesar de que éramos muy amigos, reconozco que, por aquel tiempo estaba afectado por una pueril actitud de pelmazo.

Cerca de las 3 de la mañana, se me ocurre la oscura idea de copiar unas cubiertas que había visto en una vieja revista japonesa de 1980, casi 10 años a la fecha y que una compañera del curso me había prestado (Saludos Antonella). Según mi elemental y torpe análisis, yo tenía los 4 elementos, (no lo sabía pero me equivocaría rotundamente en el punto 2 antes anotado, el que dice: "Nadie cercano debía conocer el modelito, y mucho menos el delito".

..."No hay drama", apliqué la famosa regla de los 4 puntos que hasta el momento tenía.

Al siguiente día, sábado por la mañana llegamos al aula, el Arq. Guerra, quien nos solicitó colgar los trabajos en unos listones de madera colocados en la pared y nos pidió salir unos minutos...Cuando entramos de nuevo empezó a "machetear” a unos y a felicitar a otros...Cuando me llegó el turno yo esperaba una apoteósica felicitación...y dijo, más o menos así:

..."En cuanto a ti Zambrano,  que no eres más que un gandul de la arquitectura, agarra tu trabajo y sal de clases"....

Me arrepentí mil veces de haber tomado una decisión tan errada, era la nota final, pero más importante que eso era la reputación que me había costado esfuerzo desarrollar en ese año y medio de estudios, estaba por los suelos. El trabajo de 2 meses lo había tirado por la borda, solo por el insulso ánimo de reconocimiento.
Bajé las escaleras como un alma en pena...lo esperé y gracias a que él, estoy seguro, guardaba aun cierta consideración al saber que tan solo fue un error de alguien que había sido aplicado, terminó dándome una oportunidad...
Por supuesto que fue luego de demostrarle sincero arrepentimiento durante cerca de 20 minutos...que con voz firme me dijo:

"Quiero ese trabajo el lunes, todo de nuevo, nada de lo que presentaste vale, empieza de 0".
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En resumen, lo hice y la verdad es que no dormí durante las siguientes 48 horas, me esforcé por ser muy honesto y autentico en el diseño, me "exprimí" el cerebro usando todo conocimiento adquirido... Cuando le presenté el trabajo, era un "cadáver ambulante" y tenía los nervios de punta, él solo lo observó por unos 5 minutos y luego me dió la espalda dejando el aula...luego el silencio y no me dirigió la palabra un buen tiempo, ni siquiera tuve la desvergüenza de preguntarle la nota.
Posteriormente me enteré que había pasado a 4to. semestre y con el tiempo volvimos a conversar pero jamás del asunto, nunca olvidaré esa lección.

Por cierto las cubiertas de esta historia eran del parvulario Yukari-Tokio-1967 de Kenzo Tange, que para mi desgracia, el Arq. Guerra conocía de memoria...torpe de mi.

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La estrategia de los 4 puntos, la mandé por el caño, de allí en adelante fue diferente, la consigna era simplemente no copiar ni de broma, ni de frente, ni de filo ni de nada.

Moraleja: No hay satisfacción más grande que ver la evolución de tus propias creaciones, sin importar si en principio es un esperpento o un mamotreto...tranquilo sigue adelante creando, confía en ti y en tus posibilidades, pero sin descuidarte. Prepárate, estudia, incuba y acrecienta tus destrezas. No busques el reconocimiento de los demás, solo mírate en el espejo y busca renacer cada día en tu interior, estar en paz contigo mismo, el reconocimiento llegará cuando tenga que llegar.

No puede haber fracaso cuando eres tú mismo, el problema es cuando pretendes ser quien no eres realmente.

7 comentarios:

  1. Enriquecedora experiencia arquitecto, creo que algunas veces todos pasamos por ese lapsus en el que tendemos a bloquear nuestra creatividad ya sea este andar apurados en ultimas instancias de entrega lo cual nos da la desventaja de caer en la mimesis esta visto que esto no nos lleva a nada bueno simplemente a ser personas incapaces de desarrollar nuestro propio criterio cosa que en un profesional de la arquitectura es demasiado necesario.
    Dispuestos a poner todo el empeño y positivismo en este trabajo que requiere de mucho análisis y lectura, nos ira muy bien o por lo menos se que tenemos mucho que aprender y experimentar, Gracias por compartir esta experiencia

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  2. Me pareció mucho mas traumante leerla que haberla escuchado jajaja, y sin duda alguna, el mensaje subliminal queda clarisimo! A PONERSE LAS PILAS EN LA ENTREGA PARA MAÑANA! hay que poner a razonar nuestro cerebro y hacer un buen analisis, para poder desarrollar una buena critica, sin necesidad de recurrir a la copia.

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  3. Arq tiene razon con su consejo y compartir su experiencia es super bueno casi siempre estamos en situaciones similares con trabajos y proyectos,muchas veces lo vemos como algo "normal" pero al final nos estamos convirtiendo en imitadores y no en creativos. Además con una anécdota asi, de seguro cualquiera entiende el mensaje.

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  4. Esto es un excelente experiencia la cual podemos aprender todos, para evitar cometer esos errores que los podemos tener cualquiera, Gracias Arq. por compartir esas experiencias vividas con nosotros.

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  5. Me párese muy interesante, en si el conocimiento y la sabiduría se basa de experiencias, tanto propias como ajenas, pero es algo de lo quienes estudiamos tanto arquitectura como otras carreras tenerla en la vida diaria para evitar falencias en la misma.

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  6. una situacion llena de experencia la cual nos ayuda a saber reconocer nuestros trabajos y saber que podemos dar mas de lo que estamos haciendo y asi poder superarnos que por cosas que hacemos en un segundo podemos darle el giro al trabajo hecho con tanto esfuerzo durante tiempo , gracias al cierre que tenemos en nuestras mente al enfrentarnos a una problematica en la cual existentes muchas soluciones pero al cerrarnos nos volvemos ciegos a aquellas respuestas correctas a la problematica que se presenta en nuestro proyecto

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  7. la plena no es necesario copiar pero la deseperacin hace que perdamos la razón y creemos que podemos engañar a las personas pero nos perjudicamos a si mismo...Muy buena su anecdocta

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